mardi 26 mai 2009

Crónicas de un día expresso

[0:27 de un día martes bastante promedio (ya miercoles para ser precisos) ] : Hace 27 minutos y algunos segundos el sueño se suponía me atraparía entre las sabanas, y ya ves, no fue así. Ciertamente fue mi culpa, el sueño debió venir cuando yo aún estaba lejos de los dominios de mi cama... tal vez pretendió esperarme, pero el olor a café en estas horas no adecuadas debió empujarle a escapar. Quizás simplemente la luminosidad de mis zapatillas le instó a guardar distancia, la próxima vez las esconderé bien debajo de la cama, ahí donde se esconden los miedos... ahí donde nacen los sueños...

[10:12 del mismo martes promedio] : ... mis ojos se abrían por primera vez en el día. Hace un par de horas hubiesen debido hacerlo. El olor a café no tarda en recorrer mi laberíntica imaginación, forzándome a hacerlo real. Aún quedaba café del bueno en casa, no puedo quejarme del resultado, sin embargo, no era de ese café que yo quería. El café que yo quería estaba a varios kilómetros de distancia... esta vez debía conformarme con recordar su suave aroma...

[12:31 martes aún] : No sé si por efecto, o las ansias, de café, el tiempo me parece volar... salgo de casa rápido esperando que bajo el sol (o las nubes), el tiempo pase más lento, o al menos, menos rápido (?). Un recuerdo fugaz cruza mi mente... un recuerdo de un lugar en medio del bosque donde el tiempo transcurre lento como para los árboles... lento como para las marip-hojas... es ahí donde quisiera estar... aunque fuese solo un par de minutos (un laaaaaaargo par de minutos). Lamentablemente el tiempo me vuelve a atrapar antes de recordar el camino... las zapatillas verdes tienen que seguir corriendo...

[18:56 martes, siempre martes] : Mis pies vuelven a dejar su desnudez para cubrirse de luminoso verde... es hora de ir a la lavandería. No podría decir que es un lugar que me gusta, pero cada vez que voy (sobre todo en invierno), me acuerdo de una película... bueno, de un par de películas... un par de escenas a decir verdad... y de pronto este lugar tan impersonal cobra una nueva dimensión para mí... y sí, en las lavanderías el tiempo corre más lento... el problema es que afuera no se detiene...

[23:27 (?) ya casi no martes] : Luego de hablar por teléfono, fue inevitable prepararme un café... bueno, dos en realidad. El tiempo ya corre más lento, es momento de acostarse, de aquí a medianoche el sueño me habrá atrapado... soñaré entonces con un sol ristreto y algodonosas nubes descafeinadas...


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